ENTREVISTA CON EL INGENIERO JUAN BORUS DEL INSTITUTO NACIONAL DEL AGUA.
La probabilidad de tener lluvias medianamente significativas es bastante baja. En toda la región, me refiero a toda la región formadora del río Paraná, por un lado, y también en los ríos provinciales. En la provincia de Entre Ríos está teniendo un déficit de lluvia marcado, y una perspectiva en general, una tendencia climática desfavorable, en ese sentido.»
¿Hasta cuándo se podría llegar a extender? ¿Qué es lo que están analizando?»
Juan Borús: «En principio, este horizonte, que digamos , tiene mucha similitud con el escenario que se vivió en 2020, y en el invierno de 2022 también, por lo menos la visión que se tiene hoy, hasta posiblemente el 30 de septiembre en principio, no es favorable para nada. «Vamos a tener en la semana la habitual reunión mensual en el Servicio Meteorológico Nacional, en la que se va a correr el mojón hasta el 31 de octubre, y es muy probable que no haya cambios en la expectativa de la tendencia climática, y vamos a continuar, digamos, hasta bien entrada de la primavera, con una condición de sequía prevaleciente, de escasez de lluvias en toda la región, en toda la cruz del Plata, prácticamente.
«Analizando este panorama, de aquí a prácticamente dos meses que nos quedan por delante, ¿en cuánto podría llegar a ubicarse en su peor momento, si se quiere, la altura del río Paraná? Más que nada, los puertos de Entre Ríos.»
Juan Borús: «En principio, si se toma en cuenta la escala deL Paraná, concretamente que está en el orden de 1 metro 40, en principio esta tendencia de mediano plazo, por lo menos lo que se espera de aquí, hasta la tercera semana de agosto, es que se quede estabilizado aproximadamente en orden de 90 centímetros sobre el cero.»
Es decir, que baje 50 centímetros con respecto a lo que tiene ahora, y en principio, con algunos dudas con respecto a su continuidad, es probable que se mantenga oscilante, menor entre los 90, 80 centímetros por encima del cero, en lo que resta de agosto y el comienzo de septiembre.
Y lo vamos siguiendo, mañana vamos a hacer una actualización del pronóstico de mediano y de largo plazo, y ahí se tendrá una idea más concreta. Pero en principio, el escenario continuaría siendo en ese sentido muy parecido al del invierno de 2022.
«Leía un artículo, ingeniero, del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones, que hacía mención, nos trasladamos más que nada afuera de Entre Ríos, pero que ya hay algunas embarcaciones en el norte de nuestro país, que ya no pueden salir de los puertos por esta bajante, principalmente Aguas Abajo, de la Represa Itaipu y Yacireta. ¿Esto es correcto? ¿Qué información tiene para brindarnos en cuanto a complicaciones?»
Juan Borús: «Se está reeditando todo lo que se vivió en 2020 y en 2022. No en 2021, que fue peor. En 2021 tuvo algunos momentos realmente tremendos. En el verano de 2022, fue también extremadamente bajo. No es la situación que estamos pre viendo ahora.
» Pero de cualquier manera, el condicionamiento a los calados es muy clara, digamos. No solamente en ese tramo, el tramo misionero Paraguayo al río Paraná, sino también en el arco portuario tan importante que va desde Santa Fe-Paraná hasta San Pedro en la provincia de Buenos Aires. El condicionamiento a los calados y a la operatoria portuaria ya hace rato que se está manifestando y obviamente con los últimos descensos que hemos tenido se ha agravado. Y esta situación, insisto, hay que recordar lo que se vivió en 2022, en el invierno de 2022, para tener una idea de cómo va a ser esta continuidad y en qué medida va a condicionar la navegación fluvial y va a tener alcance también en los otros impactos que se vivieron en aquel momento.
«¿Por qué se están generando este tipo de variaciones en el nivel del río Paraná? ¿A qué se debe?»
Juan Borús: «Tiene que ver con la variabilidad climática que vive toda la cuenca, toda la cuenca formadora del río Paraná, obviamente el río Uruguay también, el río Uruguay que es bastante más dinámico que el río Paraná. Pero con que el centrón del río Paraná, la variabilidad climática que estamos teniendo, que nos condiciona muchísimo el horizonte de proyeción que se puede llegar a hacer, tiene mucho que ver con esta atmósfera alterada que estamos teniendo. «Si insistimos en que la variabilidad climática es la manifestación más evidente del cambio climático, bueno, esto es lo que estamos viviendo. Cambios permanentes que hacen también, que dan lugar a cambios bastante frecuentes en la condición hídrica de los suelos de la región, en las cuencas formadoras de los ríos de aporte al Paraná. Tanto en territorio Argentino como arriba, el río Paraguay está teniendo, por ejemplo, el gran afluente, el río Paraná, está teniendo una condición de seca prevaleciente desde hace varios meses y se ha agravado. Realmente el río Paraguay está en sus peores momentos, digamos, de acá mismo hasta acercarse nuevamente a los récords históricos.
O sea, no es solamente el río Paraná que termina siendo afectado en este sentido.
No, toda la región. Si uno mira, por ejemplo, el mapa de lluvias de los acumulados semanales de las últimas semanas, se da cuenta de la escasez marcadísima que estamos teniendo. Son muy pocos lugares en la cuenca en los que se dan algunas lluvias medianamente significativas, pero hay extensas regiones en las que el acumulado de lluvias es mínimo.
¿De qué es lo que se habla? ¿Es el fenómeno de la niña? ¿Es así?
Yo me marco distancia en general de mencionar, porque obviamente en las medidas mensuales como la que vamos a tener esta semana o en cualquier análisis climático que se hace, se comienza analizando lo que pasa a nivel global, por supuesto, y la evolución que se tiene de la niña tiene un peso sin ninguna duda. Pero estoy convencido de que eso no explica todo, por lo tanto, hay que sintetizar la información climática que llega a definir una tendencia climática y eso vincularlo con lo que pasa con los suelos, con la humedad de los suelos, con las tendencias que estamos teniendo y de ahí concluir en cómo va a ser la evolución de los ríos. El concepto sí tiene relación, sin ninguna duda que tiene relación, pero no explica todo concretamente.
Usted que mantiene contacto también con diferentes colegas de otros puntos de nuestro país. ¿De dónde llegan mayormente las consultas, las preocupaciones en este momento debido a esta situación, ingeniero?
Diría que muy variadas, porque pensemos que en términos de la Argentina, la Argentina tiene muy mal distribuida el agua superficial y toda nuestra región es el tercio húmedo, teóricamente húmedo, entre comillas húmedo de la Argentina. Y somos sumamente Paraná dependientes, para decirlo de alguna manera. Entonces, cuando el río Paraná tiene una escasez como la actual, la cantidad de impactos es variadísima, el espectro de impactos que hay en la actividad comercial, en la actividad itícola, en las tomas de agua, etc., etc., hay una dependencia muy marcada. Por lo tanto, los requerimientos de información también son muy variados.
Y no hemos mencionado, también el tema de cómo termina afectando el ciclo reproductivo de los peces, digo, estas diferentes oscilaciones del curso de agua, es también parte de lo que repercute en cuanto a complicaciones, ingeniero no?
Sí, yo recuerdo lo que, ya que hacemos una similitud con 2020 y 2022, recuerdo el impacto que tuvo en 2020, y en este caso va a depender mucho de la persistencia que tenga este fenómeno, esta situación.Yo en principio tengo la, no sé si un optimismo, una esperanza o como llamarlo, pero tengo la impresión de que el último bimestre de este año nos va a presentar un escenario un poquito mejor, un poco más favorable. Por lo tanto, lo que hace al impacto delafauna íctica, bueno, se acotaría un poco.
Le cuento que hace algunos días atrás, no recuerdo con exactitud, el río se encontraba en 60 centímetros, aproximadamente. No recuerdo bien si hace 10 días o hace aproximadamente dos semanas o un poquito más. Ya con 60 centímetros, le cuento que uno cuando caminaba por la costanera ya comenzaban a observarse los bancos de arena entre la isla, entre la primera isla que uno ve desde la costanera de Paraná hacia el río y la segunda isla que generalmente cuando empieza a bajar ya comienzan a formarse los bancos de arena. Con 60 centímetros ya eso se podía observar a simple vista. Ahora, evidentemente, ya ha ido creciendo, por eso se mantienen diferentes las oscilaciones. Pero es parte de lo que uno va observando y los cambios que uno va detectando en el río Paraná a simple vista, ¿no?
Sí, parecería que uno se acostumbra a una situación como esa y nos trae a la memoria los momentos críticos que viven.Esperemos que la cosa no sea grave como para decir ahora lo que pasó en 2021, que yo creo que no, la probabilidad es baja en ese sentido, pero obviamente son situaciones de bajante a las que nos habíamos desacostumbrado bastante recientemente. Evidentemente no habíamos tenido, hacia muchos años que no se daba, una situación de aguas tan bajas, que ahora, bueno, con estos años se ha rediituado.





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