Entrevista Ludmila, Godoy
Bien, Ludmila, primero decirte que seguramente en este último tiempo han atravesado momentos muy difíciles, por eso desde el programa los acompañamos a toda la familia de ustedes. Eso por un lado. Y en segundo lugar, ¿qué tenés para comentarnos? ¿Pudiste escucharlo al interventor Gallegos? ¿Y qué fue lo que sucedió en este caso con tu papá?
Sí, tuve el mal gusto de haber escuchado lo que dijo este señor interventor del IOSPER, Mariano Gallegos, diciendo que mi papá tuvo una septicemia, que por eso no le colocaron el marcapasos, ya que estaba suministrándose los antibióticos. Que, sinceramente, no fue así. Porque cada reunión que teníamos nosotros en el parte médico, el médico nos decía que mi papá estaba bien, que no era para que esté en terapia, que era una operación de tres días, teníamos que esperar el marcapasos, una operación sencilla y le daban el alta. El marcapasos nunca llegó. No tuvo esto que dijo este señor. Él tuvo una insuficiencia cardíaca, y solamente eso. La espera del marcapasos y le daban el alta. Pero no tuvo ninguna de estas complicaciones que él dijo el otro día.
O sea, la versión es totalmente diferente a la que manifestó Gallegos. Porque él dijo que el marcapasos estaba a disposición, por un lado, y que estaba en manos del médico, y que el médico había manifestado que no estaba en condición de poder intervenirlo. Así es lo que dijo él, ¿no?
Exactamente. Sí, lo dijo textualmente así. Y no. El marcapasos nunca llegó. El médico lo solicitó muchas veces, en distintos horarios, durante las dos semanas que mi papá estuvo ahí. Mi papá ingresó el 28 y falleció el 13 de marzo. Justo agarra el fin de semana largo que fue feriado. Y el 5, que cayó miércoles, 5 de marzo, empezaron con el tema de pedir el marcapasos a IOSPER. Encima mi papá… yo le había hecho el tema del CUD, que es por discapacidad, porque él estaba haciendo diálisis. Y con más razón le tenía que haber llegado con rapidez el marcapasos, que efectivamente no llegó.
¿Y desde la obra social, desde el IOSPER, qué le decían en ese entonces ante este pedido?
Que estaba todo autorizado. Que la empresa con la que ellos trabajaban no entendían por qué no lo enviaban. Pero siempre era que estaba autorizado, que estaba todo autorizado. Ahora yo me encuentro con un papel en que no estaba auditado. Pero sí, cada vez que yo iba a preguntar, porque mi papá ya estaba… empezó ya la segunda semana, porque nos habían dicho tres días, y en la segunda semana, tres días, cuatro antes, empezó a ponerse muy nervioso de por qué no llegaba. Que él ya, sinceramente, se quería venir a mi casa, porque hubo muchos momentos en que fallecían personas y pasaban por delante de mi papá, y mi papá estaba consciente, estaba bien, no tenía ninguna otra patología como dijo este hombre. Y bueno, los nervios le ganaron. Entonces yo iba a IOSPER, preguntaba al médico, me decía: «Mirá que yo llamé muchas veces, pedí que por favor me lo trajesen al marcapasos, y no tengo contestación». Solamente la contestación que yo tengo es que está autorizado. Nada más.
Es gravísimo, gravísimo lo que pasó. Ludmila, y más allá de esta, si se quiere, pelea constante que tienen los afiliados con la obra social, en los últimos, vamos a decir, 10, 15, 20 años atrás, ¿pudieron dar o conocieron el nombre de la empresa para hacer esas averiguaciones por fuera de la obra social o no?
No. Solamente pregunté una vez. No me lo dijo a nombre. Porque yo, de tantas veces que ya había ido a IOSPER, fui como cinco o seis veces a hablar para que por favor me digan. No me dijeron de dónde era. Y yo era más que nada para llamar a la empresa y decir qué era lo que estaba pasando. Ni siquiera a mí, ni siquiera al médico que estaba pidiendo el marcapasos.
En el mejor de los casos, vamos a ponernos del lado de Gallegos, que dijo esta postura que usted la desmiente, Ludmila. Pero luego de ello, ¿hubo alguna autoridad del gobierno provincial o de IOSPER que se haya comunicado con ustedes?
No. Nunca. Nunca, nunca, nunca. No, no, no, no. Sí, fue una falta de respeto muy grande. No haberse ni siquiera acercado un mensaje, una llamada. No. Nada. Nada, nada. Solamente, sinceramente, ellos se escudan entre ellos, y desgraciadamente somos un número más.
¿Qué han podido hablar con demás familiares suyos, Ludmila? ¿Tienen pensado proceder de alguna manera, con alguna situación judicial ante la obra social o no?
Sí, estamos en trámites con mi mamá, porque es mi mamá y yo, porque no tengo hermanos. Así que, bueno, es ayudarnos mutuamente entre nosotras. Y sí, proceder. Porque la verdad que a mi papá ya no me lo van a devolver, pero no quiero que sufra nadie más. Ningún familiar más fuera de nuestra familia. Que sufran estas pérdidas sin ser… no sé cómo explicarlo. Que no tienen que tener estas pérdidas. Porque uno paga, se le descuenta, tiene que tener las cosas al día y esto me parece una falta de respeto. Que no tengan sus medicamentos, que no haya prótesis, o que te digan, en este caso como nos mintieron a nosotros, que sí, que está autorizado y no llegaron. Así que, sí, estamos en proceso de empezar con abogados y demás.
Con las acciones legales. Tuvo mucha repercusión el caso en redes sociales cuando se conoció. ¿Hubo afiliados que se han comunicado con ustedes, afiliados de la obra social, manifestando alguna situación similar?
No. Solamente fue por redes sociales cuando mi mamá publicó lo que había sucedido. Y bueno, yo por mi parte… y ahí contaban sus cosas de lo que han pasado. Pero no hemos mandado mensaje ni nada por el estilo.
¿En qué clínica se encontraba internado Gustavo?
En la Entrerriana.
¿Siempre estuvo en el mismo lugar desde que ingresó?
Sí, sí. Porque él llegó un viernes, que se tenía que dializar, y de ahí lo mandaron a la guardia de la clínica, por el tema de que tenía insuficiencia cardíaca.
¿Y esos pedidos siempre los realizaron desde la clínica, o ustedes mismos se acercaban, por ejemplo, a la sede central del IOSPER para poder solicitarlo?
No, no. Ellos mismos. Cada vez que mandaban, me mostraban que se solicitaban las cosas.
O sea, que tienen respaldado en documentación los trámites que realizaron desde la clínica hacia la obra social.
Sí, sí, sí.
¿Y desde la clínica Entrerriana también manifestaron lo mismo? ¿Tienen constatado lo mismo que nos está relatando Ludmila?
Exactamente, sí.
Claro. Ya está documentado. No es que solamente es la palabra o la postura de ustedes, digamos.
Exactamente.
Bueno, la verdad que una situación bastante compleja. Nos enteramos también de otro afiliado que lamentablemente falleció en otra circunstancia, pero también digamos, aguardando una medicación.
La verdad que es una barbaridad. Una barbaridad, es una falta de respeto al afiliado, porque más allá de que se le des cuenta, me parece que si se te descuenta tendrías que estar beneficiado, porque para eso es. La verdad que me parece un horror.
El 30 de marzo pasado, según trascendió, no le entregaron la endoprótesis a un hombre de 73 años y lamentablemente también falleció. Es el segundo caso.
Sí, sí. Estamos muy al tanto.
¿Han presenciado este tipo de concentraciones, por ejemplo, que han realizado la intersindical y demás?
Sí.Sí, sí, sí. Sí, sí. Desde que pasó esto hemos andado bastante.
Ludmila, te agradecemos por el tiempo en la mañana de hoy con las radios de la UNER. Es un caso que vamos a seguir de cerca.
Muchísimas gracias por el espacio y por haber escuchado.





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